La Rotulación a mano en la era digital tiene una creciente demanda en comercios que buscan diferenciarse de su competencia.
Por esta razón, el oficio del rotulista tradicional (a pincel) vuelve a tener un hueco en el mercado laboral, cubriendo necesidades en el ámbito publicitario y la decoración de tiendas y comercios.
La tendencia de lo “hecho a mano” cada vez más valorada.

El rotulista tradicional pasó de ser un oficio muy común en el pasado, a convertirse en una profesión poco común y especializada en la actualidad.
En décadas pasadas las cosas cotidianas que se veían por las calles estaban totalmente pintadas a mano y con pincel:
- las señales de tráfico
- los murales publicitarios
- la rotulación de los vehículos
- los escaparates
- las fachadas comerciales
- los grandes murales industriales.
Lo que sucedió después ya lo sabemos todos. Con la llegada de las nuevas tecnologías el oficio, tal y como se conocía, fue desapareciendo, llevándose consigo muchos secretos y técnicas propias del oficio.
Los rótulos de vinilo
Negar todas sus ventajas seria ser un necio. El vinilo tiene grandes cualidades:
- letras cortadas con gran precisión logrando un acabado perfecto,
- imágenes que son impresas en gran formato alcanzando excelentes resoluciones.
- Cortos tiempos de producción en cantidad, haciéndolo más asequible.
El aspecto negativo

En la actualidad se puede comprobar con facilidad como las rotulaciones que se hicieron hace unos 10 años (o incluso menos) empiezan a “pelarse”.
Las letras perfectas adhesivas no llegan a durar ni la cuarta parte de lo que duraban las letras pintadas a mano.
La rotulación a mano
Hoy en día caminando por las calles de cualquier ciudad podemos apreciar que son pocos los negocios que destacan por tener un rótulo original.
Como diría la mentora Mònica Rodríguez, la mayoría de los trabajos producidos en serie parecen hechos por los mismos «duendes».
En el caso de los rótulos, en mi opinión, existe una carencia de originalidad, diseños poco trabajados que abusan de las mismas tipografías y colores.
Sin embargo cuando recorremos los cascos antiguos de cualquier ciudad, aún pueden observarse los rótulos pintados a mano de aquella época.

Pese al paso del tiempo (de 50 a 100 años), sus letras y colores siguen ahí, indicándonos que tipo de comercio había en aquel entonces.
Si tu proyecto busca destacar de la competencia, tal vez, la rotulación a mano pueda ser una buena solución:
- Alta durabilidad.
- Diferenciación de la competencia.
- Trabajo artesanal que transmite una sensación cálida al cliente.
- Concordancia entre la imagen del negocio y el producto que se vende.
- Diseños personalizados, llamativos y originales.
Si te animas a rotular a mano tu tienda o local, estaré encantado de asesorarte.
Puedes conocer algunos de mis trabajos visitando el portfolio, también puedes dejarme tu opinión, ¡estaré encantado de leerla!
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